Momentos de mostrar quién eres: despierta tu autenticidad hoy

Warren Buffet: “Solo cuando baja la marea se sabe quién estaba nadando desnudo”.

En los momentos de abundancia no solo gestionar resulta más fácil, sino que, además, siempre parece que los resultados nos acompañan. Pero, ¿qué ocurre en los momentos de crisis?

Es entonces cuando el ser humano tiende a recogerse, a entrar en estado de hibernación, a replegar velas o meter la cabeza en un agujero a la espera de tiempos mejores.

Como consecuencia, desaparecen los valores y las competencias, tanto desde el punto de vista personal como profesional. Valores como la creatividad, la innovación o el desarrollo se minimizan, eclipsados por la necesidad de seguridad. Nos comportamos como osos que esperan a que pase lo peor del invierno.

El coraje debería ser la punta de lanza en la toma de decisiones. También ha de ser la brújula que nos guíe para reinventar nuevas fórmulas de respuesta hacia las nuevas necesidades.

Si este coraje falta y optamos por la inacción, si nos dedicamos simplemente a esperar que todo lo acontecido en el 2020 quede en recuerdos, esta opción basada en la seguridad es igual de respetable que cualquier otra.

Antes de avanzar, señalar que estamos generalizando y para aquellos que decidan instalarse en el concepto de seguridad, hay una figura que me parece un modelo de inspiración, el explorador Ernest Shackelton, figura clave en la exploración de la Antártida a principios del siglo XX.

Tuve la oportunidad de hacer un monográfico sobre él en la Fundación Emi, con el título Liderazgo de equipos en situaciones extremas. Mi conclusión tras ese curso fue que, aunque la expedición fuera un desastre, Shackleton tuvo la capacidad de infundir en su equipo un valor fundamental: la seguridad.

Las personas que integraban la expedición le siguieron incondicionalmente gracias a la seguridad que les transmitía en sus decisiones y la coherencia que se desprendía de las mismas.

Identificar el Miedo, antes que todo (ser consciente produce opciones).

El miedo provoca dos tipos de reacciones en los seres vivos huir o atacar.

Los seres humanos tenemos conciencia. Antes de actuar tomamos decisiones y las decisiones impulsadas por el miedo provocan que resultados no óptimos. El miedo distorsiona la realidad e impide pensar con claridad. Por tanto, La información que utilizamos para la toma de decisiones se hallará invadida por percepciones con emocionalidad. Por tanto, acertar con la solución de un problema cuyas variables son inadecuadas es del todo imposible. Recuerda: nunca decidas nada en un estado emocional alterado.

Así pues, con la variable miedo sobre la mesa, nuestras percepciones estarán condicionadas.

Quien toma decisiones dominado por el miedo, lo hace forma cortoplacista

En la otra cara de la moneda se encuentran quienes, aun teniendo miedo, son capaces de afirmar: “En la vida quien no arriesga, no gana”. Situaciones como la que vivimos hoy son momentos para innovar, para asentar las bases del cambio de paradigma.

Quien gestione equipos de trabajo tendrá primero la obligación de transformar la ansiedad coyuntural actual y sumarle un impulso de energía que genere un movimiento hacia un cambio innovador hacia el futuro. Esa persona responsable deberá ser la impulsora del movimiento. Mientras, los protagonistas de dicho movimiento deberán ser quienes formen su equipo de trabajo.  Para ello, y como siempre, empoderar a cada persona que configura el equipo es un elemento vital.

Si ya tienes la confianza del equipo ganada: ¡Enhorabuena! Explícame cómo lo haces, ¡por favor!

Es el momento de revisar de qué forma están trabajadas la misión y visión de la empresa y del equipo y si están actualizadas. Toca hacer balance entre empoderamiento y los resultados tangibles y no tangibles de cada persona del equipo. Es también el momento de encontrar la singularidad de cada persona y su valor añadido al equipo y a la organización.

Este proceso de observación es un trabajo necesario en el que hay gestionar de forma individual el itinerario de cada persona. Todo ello con sutileza y discreción, ya que en esta fase aparecen, entre los compañeros y compañeras, las comparaciones, los egos, los recelos y los temores.

Entonces debemos situar como abanderado el valor de la HUMILDAD en cada acción. Es un MUST en este proceso. (Para más información sobre la humildad, buscar documentación de Alex Rovira. CULTIVAR LA HUMILDAD). Si se consigue visualizar la humildad como elemento generador, el resto del equipo, por simpatía, ejercerá esta en este sentido. Es importante evitar confundir la humildad con la falsa modestia.

Con esa humildad personal, presente en cada minuto, será más ágil (aunque no por ello carente de complejidad) ayudar a las personas que colaboran en el equipo. Desde ahí se deberán encontrar los valores de cada cual, para definir y lograr sus objetivos.

Generar CONFIANZA es esencial. También lo es tratar de evitar los nueve errores que rompen la confianza y que nos apunta Daniel Gabarró:

1.- Mostrar las preocupaciones

2.- Actuar como si las cosas fueran nuestras

3.- Relacionarme desde el sentimentalismo

4.- Tomarnos las cosas como algo personal

5.- Agresividad (ni física, ni verbal, ni mental)

6.- Ignorancia negada (no hablar de lo que no se sabe)

7.- Proteccionismo

8.- Ser congruente con la palabra y la acción

9.- Sinceridad

Observar a personas que gestionan equipos en momentos tan críticos como los actuales, que invierten su tiempo en divulgar y aportar recursos para garantizar la felicidad de sus trabajadores, es un lujo. Un ejemplo geográficamente cercano lo tenemos con CIBERLINK y David Tomas. Os invito, por cierto, a que leáis cualquier entrevista de las que se le han hecho para que os sorprendáis y entendáis cómo aparecen mirlos blancos en estos momentos, en contextos de crisis.

Es ahora cuando germinan talentos como el suyo, que confían en el compromiso, la vocación y en el estímulo del propósito personal, para conseguir integrarlo en el mundo de la empresa. Y, desde ahí, consiguen potenciar el compromiso con el equipo, como quien genera unos buenos cimientos para construir lo que tenga que venir en el futuro.

Acabemos con un ejemplo gráfico. El equipo de Telefónica que competía navegando en una World Race Cup, estando en la mitad de la clasificación, aprovechó que el resto de equipos estaba en puerto por la llegada de un tifón, y decidió cruzarlo. Tuvo éxito y su posición clasificatoria cambió radicalmente.

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